
Segovia desde el cielo
Hoy, queridos todos, os traigo un reportaje muy especial. Porque… ¿Quién paseando por Segovia no se ha parado alguna vez y ha alzado la vista al cielo, ese cielo azul y limpio de las montañas…?
Bueno, pues hoy he tenido la suerte de poder hacerlo al revés. Me explico: he mirado Segovia desde el cielo.
8 minutos hasta que la helada hélice de nuestra avioneta decide que es el momento, muchas luces, muchos botones, frecuencias de radio, cinturones, 600 metros de pista, potencia máxima ¿listos? ¡allá vamos!
A nuestros pies nace un escenario de cuento. Castilla se dibuja definida en el horizonte llena de campos inmensos y geométricos. Al sur la nieve hace inmensas las montañas.
Según nos acercamos a la ciudad de Segovia todo se torna más claro, definido, diminuto, como una maqueta de juguete a la que alguien ha dedicado mucho mimo y tiempo.
Torcemos rumbo 2.0. O eso me dicen por la radio. Bajo nuestros pies todo se tiñe de luz de nieve: ¡nos estamos acercando a las montañas!
Mirad que elegante nuestra Mujer Muerta. ¿La reconocéis?
A veces, el paisaje parece un pastel adornado con azúcar glas.
Nuestro paseo termina con el rito irremplazable: una pasadita por encima de casa… Un regalo especial para mis Losariegos ¿os reconocéis?
De vuelta al suelo todo recupera su tamaño original, los árboles se estiran y los coches dejan de parecer de hojalata.
Nos despedimos de este curioso pájaro metálico de 2000 kilos que alza el vuelo en 400 metros largos.
Como siempre, ha merecido la pena, aunque volar nunca deje de parecerme un milagro: un milagro de los que te hacen nudo en el estómago.
Si alguna vez tenéis la oportunidad ¡no dudéis!
Pronto escribiré sobre los aeródromos con los que cuenta nuestra provincia para que a aquellos a los que os guste agitar las alas de vez en cuando o simplemente ver aterrizar y despegar aviones de colores, no os perdáis nada.
MC
Qué experiencia más chula. Gracias por compartirla.
Muchas gracias a ti, Alejandra
no dudes en probarlo si alguna vez tienes oportunidad.